La Confederación Europea de Sindicatos (CES) exigirá a los líderes del G-20 (que forman los principales países industrializados y emergentes) que sitúen el empleo como asunto prioritario en su agenda y llamó a un nuevo Pacto Social europeo que ponga fin a la "fragilidad del mercado laboral" y freno al "rápido aumento" de la tasa de paro en Europa.
"Es el momento de reaccionar" según el secretario general de CES, John Monks, para quien es necesaria una respuesta de la Unión Europea "mucho más ambiciosa" que la dada hasta ahora, incluidas "nuevas inyecciones de capital" y un mejor uso de los mecanismos disponibles que, añadió, "no han sido explotados suficientemente".
Con el objetivo de que "lo social no sea siempre quien paga la factura" y de alcanzar ese 'New Deal', los sindicatos europeos prevén varias "euromanifestaciones" que se celebrarán a mediados de mayo bajo el lema 'Pongamos a las personas primero'. La primera de ellas tendrá lugar en Madrid, convocada el 14 de mayo, y le seguirán Bruselas (15) y Praga y Berlín (día 16).
Las previsiones de la Comisión Europea apuntan a que el paro en la Unión Europea superará en el primer semestre de 2010 el 10%. Sin embargo, en la confederación europea de sindicatos son "más pesimistas" y auguran que antes de que acabe este año habrá "entre seis y ocho millones de parados" en Europa si no se toman nuevas medidas, indicó el secretario confederal de la organización, Walter Cerfeda.
PLAN DE ACCIÓN
El plan de acción que proponen los sindicatos se basa en tres puntos fundamentales, con medidas a corto, medio y largo plazo. Ante la situación "de emergencia", piden un "plan extraordinario contra los despidos" que permita conservar los empleos y el poder adquisitivo de los europeos.
En este sentido, Cerfeda hizo referencia a las medidas "de urgencia" puestas en práctica en Estados miembros como Alemania y Eslovenia, en donde se aplican reducciones de la jornada laboral pero con "mecanismos de compensación" para evitar que el salario se reduzca en la misma proporción.
En Alemania, explicó, hay recursos estatales para compensar "el 100% salarial" de la reducción de la jornada, mientras que en Eslovenia se conceden "60 euros" al trabajador, una cifra que en Rumanía "es mucho menor". La pretensión de CES es que la Comisión permita a los Estados miembros utilizar los Fondos Sociales europeos, incluido parte de los presupuestados para 2010, para compensar ese recorte en el salario y "evitar despidos inmediatos".
Para la CES de que una reducción "demasiado alta" del salario conduciría al riesgo de que la crisis "precipite la depresión" y defendió la idea de una "cierta" reducción de la jornada con "compensaciones al nivel más alto posible" para evitar ese horizonte.
A medio plazo, los sindicatos europeos piden un esfuerzo en inversiones para la educación y formación de los trabajadores, pero también para una reestructuración "hacia una economía 'verde'". El modo de hacerlo sería dotar de una "mayor flexibilidad" al Fondo de Adaptación a la Globalización, cuya "rigidez" impide a las pymes beneficiarse de este mecanismo, subrayó Cerfeda.
El fondo para la globalización está previsto para casos de despido de más de 1.000 trabajadores de una empresa, de una región o de un sector, que se hayan producido como consecuencia de importantes cambios estructurales en el comercio mundial y que hayan dado lugar a un incremento sustancial de las importaciones o a un rápido descenso de la cuota de mercado de la UE. Bruselas ya propuso a finales de 2008 flexibilizar este recurso para que pueda ser utilizado como mecanismo de intervención rápida.
La CES, también también considera que "es necesario estimular la economía real, no sólo la de los bancos" y lamenta que los líderes europeos "se resistan" al llamamiento de la Administración estadounidense para "un plan de estímulo más ambicioso". Considera necesario igualmente la reforma del sistema financiero internacional, pero sabiendo que la "prioridad" debe ser el empleo.
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