La patronal CEOE afirma que no firmará ningún nuevo Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva si éste no está acompañado de "una reforma laboral integral"
Los sindicatos ya pueden darse por enterados: la patronal CEOE no firmará ningún nuevo Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva si éste no está acompañado de “una reforma laboral integral”. Es decir, que, según los empresarios, un eventual acuerdo salarial tendría que recoger, como mínimo, un nuevo recorte de la indemnización en el despido improcedente del trabajador. De lo contrario que ni el Gobierno ni los sindicatos cuenten con la patronal. Éste es el mandato que, en este ámbito, recibió ayer el presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Según informa EXPANSIÓN, el Comité Ejecutivo de la CEOE [previo a la Junta Directiva] ha decidido lo siguiente “sobre la posición a adoptar en el marco del Acuerdo Nacional para la negociación colectiva y sobre el aumento máximo de salarios a acordar: la necesidad de una negociación globalizada, en la que ha de pretenderse una reforma laboral integral”.Es decir, incluyendo la flexibilización del despido, de acuerdo con las constantes reclamaciones de los empresarios. La última, de la patronal madrileña CEIM, que en realidad es de la misma CEOE, con un contrato indefinido con una indemnización de veinte días por año trabajado –ver información en esta misma página–. En segundo lugar, y en consecuencia con este primer punto, CEOE ha decidido “que no se firme el acuerdo de convenios, salvo que su clausulado sea razonable y que se intente por todos los medios que su vigencia sea a largo plazo”. Estas posiciones se producen tras la oportuna intervención del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez,que pidió ayer una “reforma urgente del mercado laboral”, para que la economía pueda volver a crecer por encima del promedio europeo cuando pase la crisis. El insigne gobernador culpó a la indemnización por despido del paro que actualmente azota nuestro país. El hecho de que parte de la ayuda al desempleo dependa del último salario “desincentiva”, según Ordóñez, la movilidad laboral así como la contratación de nuevos trabajadores. Esta apreciación es falsa. Como conocedor del mundo de trabajo desde hace años, la los trabajadores buscan la estabilidad y unas buenas condiciones de trabajo. Si lo que plantea el "Insigne" es que la gente deje sus empleos estables para ocupar puestos precarios. Los trabajdores son eso, trabajadores, no TONTOS. Por otro lado considero que es cuestionable éticamente plantear esta cuestión en un momento como este, donde el sector financiero que él lidera, es el causante del sufrimiento de millones de personas en España y el mundo en los últimos 6 meses. Éticamente es inadmisible que se utilice el momento de debilidad de los trabajadores y trabajadoras para aplicar recetas FRACASADAS. Tanto el cambio de estrategia de la patronal en la negociación con los sindicatos como las importantes declaraciones de Fernández Ordóñez sobre el despido, introducen presión sobre el Gobierno. El pasado martes, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró ante el Congreso de los Diputados que no hará ninguna reforma laboral ni social “que no cuente con el respaldo de la patronal y de los sindicatos”. El sindicalismo español no debe perderse en los fuegos artificiales de estos personajes. Su posicionamiento debe ser firme en la defensa de los intereses de los trabajadores, que son los intereses del 99 por ciento de la sociedad, que no es otra que protección ante el desempleo y generación de una economía productiva sostenible y ética, basada en la I+D+i. España tiene que perder su imagen de "nuevo rico" para prepara su futuro alejado de especuladores y sinvergüenzas, vendedores de humo y mierda. En el mensaje de CEOE, por “reforma laboral integral” debe entenderse la posibilidad de alcanzar sus propuestas más ambiciosas. Es decir, algunas de las siguientes: un recorte de la indemnización por despido improcedente hasta los veinte días por año de trabajo, con un cuantía máxima de 12 meses de salario. Actualmente, la compensación por este tipo de despido está en 33 días por año de trabajo, hasta una cuantía máxima de dos años de salario, si se trata del contrato salido de la reforma laboral de 1997, o de 45 días por año en la empresa, si es el contrato indefinido ordinario. Directamente relacionado con esta cuestión, los empresarios desearían suprimir el permiso administrativo para el despido colectivo, lo que, a su juicio, agilizaría la toma de decisiones de las compañías. Otra cuestión que busca la patronal desde hace tiempo es tener mayor flexibilidad en la movilidad laboral, tanto geográfica como funcional y, relacionado directamente con este último punto, está la pretensión de flexibilizar el contrato a tiempo parcial. En el capítulo de costes, y junto al recorte de la indemnización por despido, los empresarios quieren una rebaja de las cotizaciones sociales en todos los contratos. En consecuencia, CEOE piensa que la negociación del acuerdo de convenios puede embarrancar o, incluso derivar en otra cosa, si consigue sentar al Gobierno con la reforma laboral. Buenos tiempos para la lírica.
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