Ayer se cerró un pacto de Caja de Extremadura, con la CAM, Cajastur, Caja Cantabria para crear un SIP que ocupará el tercer puesto en las cajas españolas. Los extremeños controlaran el 11% de la nueva entidad.
Ayer tarde se anunció que Caja de Extremadura, Caja Mediterráneo, Cajastur y Caja Cantabria l habían alcanzado un principio de acuerdo para crear la tercera caja española, por detrás de La Caixa y Caja Madrid.
El acuerdo, que de momento es un protocolo de intenciones que ya se ha presentado al regulador, se articulará a través de un SIP (Sistema Institucional de Protección) cuya sociedad central será un banco, con sede en Madrid, que estará participado en un 40% por CAM, otro 40% por Cajastur (que aporta a su vez la integración del negocio de Caja Castilla La Mancha, CCM), un 11% Caja Extremadura y un 9% por Caja Cantabria.
El SIP permitirá a las cuatro cajas mantener su imagen y personalidad jurídica en el negocio de banca minorista, y compartir las políticas de riesgos, de control y de tesorería.
El nuevo grupo sumará unos activos totales de 135.000 millones de euros, con un volumen de negocio de 177.000 millones, unos recursos propios de 10.000 millones y una cartera de participadas de 4.000 millones.
Es de prever que el SIP formado por las cuatro cajas acudirá al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) del Banco de España por unas cifras que pueden rondar entre los 1.400 y los 1.800 millones.
Modesto Crespo de la CAM será de presidente en la nueva entidad. Víctor Bravo, presidente de Caja Extremadura será vicepresidente primero, y Enrique Ambrosio, presidente de Caja Cantabria, será vicepresidente segundo. Por su parte Manuel Menéndez de Cajaastur será el consejero delegado del banco resultante del SIP de las cuatro cajas. Estos son los cuatro cargos que se han desvelado de los 12 que conformarán el consejo.
Ahora queda por delante el proceso de aprobación de los consejos de administración de las cuatro cajas, así como el visto bueno de las asambleas, para lo que será clave la opinión de los dos grandes partidos políticos.
Desde los sindicatos de las cajas se reclama una mesa de negociación para evitar que el acuerdo tenga un elevado coste social. Este coste en principio deberá ser menor, por la diversificación geográfica de las entidades y la ausencia de solapamiento de clientes de las cuatro cajas, que debe permitir la complementariedad de las redes comerciales y oficinas.
La nueva entidad contará con una red de 2.300 oficinas y 14.000 empleados, y refuerza la presencia de las cajas en territorios en los que tenían poca implantación de forma directa como Madrid, Cataluña, Andalucía o Galicia.
Tras el anuncio de fusión CCOO de Extremadura plantea la preocupación de que la sociedad extremeña pierda control sobre Caja de Extremadura, instando a la Junta de Extremadura a que vele por garantizar la protección de los intereses de la ciudadanía de la región en el nuevo grupo financiero.
Hay que recordar que la fórmula SIP, también conocida como fusión fría, supone una amenaza a la naturaleza jurídica de las cajas de ahorro y a su carácter social y público, por la inexistencia de una legislación clara que evite, hoy en día, que los SIP se conviertan de facto en bancos privados, lo que podría acarrear que se eliminase por la vía de los hechos la obra social o se escapase su gobierno del control de los representantes de la ciudadanía.
Por ello, desde el sindicato se reclama al Gobierno que apruebe de una vez la reforma de la Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (LORCA), para que fusiones como la proyectada se articulen mediante una agrupación de cajas y no en torno a un banco privado.
Con la situación actual existe el preocupante riesgo de que se camine con el tiempo hacia la privatización del nuevo grupo.
Para CCOO es preciso que la Junta de Extremadura siga de cerca este proceso y se garantice que los intereses de la ciudadanía extremeña no se están menoscabando con esta alianza con cajas foraneas y con una fórmula que, como mínimo, dificulta el control público.
El sindicato considera imprescindible constituir una mesa laboral para asegurar el empleo de su plantilla actual y sus condiciones laborales, dando explicaciones detalladas del proceso de fusión.
Hay muchas preguntas que deben ser aclaradas como ¿seguirá con su política de inversiones en la región?.
Este acuerdo abre un nuevo panorama al sistema financiero extremeño, que deberá acutalizarse con un previsible próximo movimiento de la otra caja extremeña, Cajabadajoz.