Ante la catástrofe económica y social en la que vivimos en el presente español y europeo ¿Dónde está la izquierda? La respuesta merece un desahogo, empezando por aclarar lo que yo creo que es y no es, ser hoy -enero del 2012- de izquierdas.
Cuando la pobreza galopa desbocada por los páramos de España y de todo el sur europeo, cuando un Inflado poder económico y social está en manos de la derecha, aplicando sin pudor políticas deshonestas (es difícil soportar los argumentos del gobierno del PP para eliminar la asignatura de educación para la ciudadanía), cuando la izquierda política (toda) se mira al espejo, y lejos de ver su anorexia vive en el espejismo del márquetin de la nada, de palabras vacías y huecas, de frases hechas; es momento de afirmar frente a capitanes que flirtean con las cercanas costas de la fractura social, que ser de izquierdas hoy es estar comprometidos con los valores que convierten al ser humano en humano, en ciudadano y ciudadana, es decir, comprometidos con la justicia social. Justicia que se hace tangible con la universal educación, universal sanidad, universal prestaciones... con empleo.
Ser de izquierdas es tener principios, valores y estilos de vida constructores de equidad, de igualdad de oportunidades, de interculturalidad, de paz, defendiendo nuestro medio natural.
Ser de izquierdas es incompatible con lo nacional o nacionalista; es globalidad -no hay identidades que puedan sustentarse en esquizofrenias que excluyen al otro por vivir en un trozo u otro del planeta-.
Ser de izquierdas es incompatible con lo nacional o nacionalista; es globalidad -no hay identidades que puedan sustentarse en esquizofrenias que excluyen al otro por vivir en un trozo u otro del planeta-.
Ser de izquierdas es militar, luchar, dialogar, discernir e influir por y para construir un mundo mejor; incompatible con chupar, explotar, aprovechar, derrochar, envidiar, en todas las facetas de la vida. Lo privado es público.
Ser de izquierdas hoy es ser conscientes y consecuentes de las virtudes y los defectos de nuestro sistema democrático; pensar, reflexionar...reflexionar y pensar; tener la certeza de la igualdad de todos y todas... incluida nuestra viajera Gaia.
¡Ojo con las izquierdas de plástico!, -como diría González Faus la... "llamé izquierda de plastico porque quizá las flores de plástico alegren la vista de quien no puede tener las auténticas, hasta llegar a engañarle; pero ciertamente no engañan a su olfato. Y en el campo de la izquierda ha sucedido algo similar: hemos entornado los ojos engañándonos, pero no pudimos engañar a algunos olfatos más sanos"-, atención a los discursos del márquetin, cuidado con avanzar en la nada y retroceder en lo económico ¡Sin democracia económica no hay equidad, igualdad de oportunidad, interculturalidad, paz, naturaleza!
Ser de izquierdas hoy en España es estar con el sindicalismo confederal de CCOO y UGT, son conscientes y consecuentes, son juncos con firmes raíces.
En estos momentos con más de 5,3 millones de parados, ser de izquierdas es saber que la legislación laboral no es culpable, que los trabajadores no son culpables, que sus representantes sindicales no son culpables. Que las soluciones no vendrán de la izquierda de plástico, ni de la derecha que juega con la mítica de la huelga para engrandar sus méritos frente al mal.
Ser de izquierdas es saber que siempre se pueden hacer cosas. Hoy la indiferencia es una excusa criminal. Stéphane Hessel recuerda que si hubieramos permanecido indiferentes, estaríamos bajo el nazismo.
A pesar de la sequía el Roble florecerá en primavera en nuestras montañas.
(FOTO: Jmizquierdo. Roble florido en Cabrero. Valle del Jerte)