Los dirigentes sindicales europeos así como
otras personalidades de las instituciones de la UE se dan cita el 28 de enero de 2013 en
Madrid, en una Conferencia convocada por la Confederación Europea
de Sindicatos (CES) en su 40º Aniversario. Bajo el título “Celebrar el pasado
mirando al futuro”, los convocados debatirán la dimensión social de Europa y el
papel que deben jugar los interlocutores sociales en los nuevos procedimientos
de gobernanza, así como el camino a seguir para la construcción de una
auténtica Unión Económica y Monetaria en la coyuntura actual de crisis
económica.
La Conferencia, cuya apertura correrá a cargo de Ignacio
Fernández Toxo, presidente de la CES y secretario general de CCOO y contará con
la presencia de Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo, Lásló Andor,
Comisario Europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión y Olli Rehn,
Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, así como de los
principales responsables de las organizaciones sindicales europeas.
La reunión cobra relevancia en la actual coyuntura de crisis
económica y las altas cifras de desempleo que en países como España alcanzan cotas dramáticas. Los sindicatos vienen reclamando un cambio de
rumbo en las políticas de austeridad puestas en marcha por los principales
líderes políticos del conjunto de la Unión bajo la batuta de la canciller
alemana Angela Merkel. De ahí, la importancia de que tanto la socialdemocracia
alemana y los sindicatos del país estén en la vanguardia del cambio hacia políticas
que no dejen en la cuneta a millones de europeos.
Con ese objetivo, la Confederación de Sindicatos Alemanes
(DGB) ha puesto sobre la mesa un ambicioso programa de coyuntura, inversión y
desarrollo para Europa, con proyección a diez años y para el conjunto de los 27
países que integran la Unión Europea.
Bajo el título de ‘Un Plan Marshall para Europa’, los
sindicatos alemanes proponen un programa de inversiones (260.000 millones
anuales, aproximadamente el 2% del PIB europeo) que cambie el rumbo de una
Europa hundida en la depresión económica. El texto reclama inversiones en la generación sostenible de energía, en
la reducción del consumo energético, en industria y servicios sostenibles, en
educación y formación, en investigación y desarrollo, en unas infraestructuras
de transporte modernas, en ciudades y municipios con un bajo nivel de
emisiones, en la eficiencia de las administraciones públicas y en la adecuada
participación de todos los grupos sociales en un futuro mejor.
El programa está diseñado bajo la premisa de un proyecto
supranacional de ámbito europeo que cuente con una sólida financiación y en el
que estén implicadas todas las instituciones de la UE, incluido el Banco
Europeo de Inversiones (BEI).
Los sindicatos alemanes abogan por una combinación de
medidas institucionales, inversiones públicas directas, subsidios a la
inversión para empresas e incentivos al consumo, como medidas para combatir la
crisis a corto plazo pero también a largo plazo, asegurando perspectivas de
crecimiento y empleo. Para ello es necesario priorizar la reconversión y
modernización de las economías nacionales europeas, potenciando un modelo de
bajo consumo energético que reduzca las importaciones de combustible y las emisiones
de CO2. Para ello, la DGB propone una inversión de 150.000 millones de euros al
año (Ver cuadro a pie de página).
Pero este Plan Marshall aborda además otras inversiones (por
un valor de 110.000 millones) encaminadas a reforzar la creación del valor industrial
y los servicios públicos, modernizar las infraestructuras de transportes y
acelerar el desarrollo de redes de banda ancha.
Para financiar el Plan, los sindicatos alemanes proponen la
creación de un “Fondo para el Futuro de Europa” –bajo el control del Parlamento
Europeo- y la emisión de bonos con intereses anuales denominados “bonos New
Deal” a 10 años. Estas obligaciones se nutrirían con un Impuesto de
Transacciones Financieras (ITF). Para Alemania, la propuesta de la DGB,
consistiría en un impuesto extraordinario sobre el patrimonio del 3%, aplicable
a todas las fortunas privadas superiores a 500.000 euros en el caso de personas
solteras, y en un millón de euros en el caso de las personas casadas. Según los
cálculos, su volumen ascendería en Alemania a un montante de entre 50.000 y
70.000 millones de euros y en toda Europa, entre 200.000 y 250.000 millones
La DGB precisa que si bien se grava a las personas ricas con
un impuesto extraordinario sobre el patrimonio, a cambio se ofrece a los inversores
un seguro “bono New Deal” con intereses, beneficiándose así aseguradoras,
fondos de pensiones e inversores públicos.
Uno de los ejes fundamentales que plantea el Plan Marshall
es la creación de empleo. Según los cálculos de la DGB, a largo plazo se
crearían entre 9 y 11 millones de nuevos puestos de trabajo a tiempo completo.
En este sentido, destacan que “el crecimiento cuantitativo y un alto nivel de
empleo son también la mejor premisa para la reducción de la deuda y una gestión
presupuestaria sostenible”.
Cuadro con el correspondiente desglose de cifras.