Las federaciones agroalimentarias de CC.OO. y UGT culminarán la campaña de movilizaciones para exigir la integración del Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social (REASS) en el Régimen General con una manifestación de delegados y delegadas en Madrid el próximo jueves, día 12. Parece que fue ayer cuando el franquismo crea este régimen que segrega a los trabajadores del campo de Extremadura y Andalucía, del resto de los trabajadores y sectores, teniendo que soportar encima la críticas e incomprensiones de ciudadanos de otras comunidades y siendo discriminados de manera infame en el acceso a las prestaciones por desempleo, dejándoles con pensiones de miseria.
La manifestación tendrá lugar ante el Ministerio de Trabajo y las sedes de las patronales agrarias y viene precedido de diferentes movilizaciones realizadas en Valencia, Almería, Huelva, Murcia o Mérida.
Un poco de historia para comprender esta reivindicación no viene mal. A finales de 1970 se dicta la ley sobre Seguridad Social Agraria, que “equiparaba” las prestaciones del Régimen Especial Agrario con los que recibían los trabajadores del Régimen General. La equiparación no incluyo las prestaciones por desempleo, segregando de esta manera a los trabajadores del campo.
Esta exclusión quiso resolverse en Extremadura y Andalucía con el “Empleo Comunitario”, sistema que pretendía dar ocupación a los obreros agrícolas parados, en obras y servicios públicos de los municipios. Esta solución naufraga a mediados de esa década, los obreros del campo ya no pueden emigrar, el desempleo agrario se dispara. El paro agrario se convierte en el mayor problema social de Extremadura y Andalucía.
Desde el principio CCOO denunció la escasez de fondos del “Empleo Comunitario” para hacer frente al problema, y exigió el control sindical de su reparto, en manos de los gobernadores civiles del momento. Crea comisiones locales de parados y se moviliza con manifestaciones, marchas, encierros y cortes de carretera, reivindicando aumento de fondos y el control de su reparto. Esta reivindicación será una constante del sindicato, exigiendo siempre un plan de inversiones en el medio rural que junto a la formación de recursos humanos, generara desarrollo endógeno y equiparación real con los trabajadores del régimen general.
En muchos aspectos seguirmos igual, mientras que la Política Agraria Comunitaria, prima a los propietarios de la tierra, los jornaleros y jornaleras, tienen que seguir mendigando empleo, con un sistema de protección social de segunda categoría. Las federaciones agroalimentarias de ambos sindicatos reclaman al Gobierno que presente un proyecto de ley que cumpla el acuerdo alcanzado por los agentes sociales en julio de 2006 para la integración del REASS.Los sindicatos insisten en que el actual sistema sigue sin tener en cuenta las diferentes modalidades de jornada de trabajo de los asalariados del REASS al establecer un coeficiente multiplicador inferior al Régimen General.
Del mismo modo, la pensión de jubilación de un trabajador agrario es un 47,5% inferior a la de un trabajador del Régimen General, mientras que más del 55,6% de las pensiones de jubilación del REASS precisa complemento de mínimos, mientras en el Régimen General solo un 17,07% necesitan este complemento.
Los sindicatos denuncian también que para el próximo año se produce una subida de la cotización por jornada real cotizada pero igualmente se producen reducciones a las aportaciones empresariales, que oscilan desde 36,8 euros para los trabajadores que trabajen todo el mes y de 1,60 euros por jornada de trabajo en la modalidad de jornadas reales.
Otra de las críticas vertidas por las federaciones sindicales es que el índice de temporalidad de los trabajadores del REASS es del 80%, el doble que en el Régimen General. Además, el 90% de las contrataciones no se realizan por escrito.
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