LAICOS, PONGAMOS EN PIE A LA IZQUIERDA.
Del blog Metiendo bulla
No hace tanto tiempo conversábamos con el amigo Alberto Asor Rosa, uno de los intelectuales más prestigiosos de Italia. Lo hacíamos en Parapanda junto a otras amistades del gremio. Ahora, tras la irrupción en España del Partido Apostólico y los discursos de Radio Púlpito, ponemos a disposición de nuestros lectores una parte de la plática con el amigo italiano.
Como si Dios no existiera. Como si Dios existiese. Son dos fórmulas que rebotan con insistencia en el diálogo entre ética religiosa y laica. En la primera (desde Leibniz a Kant, pasando por el teólogo heterodoxo Bonhoeffer) hasta Gian Enrico Rusconi; en ésta se afirma una fuerte inmanencia racional y terrestre de la ética como investigación.
En la segunda, la que lidera Ratzinger, se propone de manera expeditiva a los laicos, incluso a los que no tienen fe, que actúen según la Naturaleza-Revelación.
Asor Rosa. La cultura eclesiástica tiende a ocupar un espacio vacío. Un espacio indefenso que tiene profundas razones históricas. De hecho, la cultura laica --por lo menos en algunos de sus sectores decisivos-- tiene en sus espaldas fallos históricos de gran relieve. Por eso han bajado las defensas y la seguridad de antes se desmorona. Por otra parte, que los laicos se hayan refugiado en la apología del multiculturalismo y del mero pluralismo cultural, es un dato innegable.
Ahí está el dato de que una cultura fundada en las certezas, en apariencia indiscutible, como la eclesiástica, ha pasado al ataque. Sobre todo en Italia e intenta reconquistar una posición hegemónica absoluta que parecía que irremediablemente había perdido.
Mb. ¿Hay en todo ello una pesada responsabilidad de la izquierda, incapaz de reconstruir un paradigma de fuertes valores? ¿O es que la palabra “valores” le provoca una fuerte urticaria?
Asor Rosa. Al contrario, la urticaria me viene cuando oigo hablar de ideología. Es como si se pensara contraponer a la ideología de la fe una ideología laica, encerrada en sí misma. Por el contrario, los valores son otra cosa. Son un conjunto de puntos de vista y de convicciones, a veces muy profundas y absolutas, que guían los comportamientos y orientan a
Mb. La izquierda en equilibrio inestable entre liberalismo y el complemento del alma religiosa ¿es un rehén de ambos?
Asor Rosa. La gran crisis del socialismo ha empujado a la izquierda a la introyección de una ideología liberal, fundada en la aceptación de lo existente. Y eso es una posición de fragilidad. Es una frontera indefendible. Incluso en el momento en que están en danza cuestiones y conflictos de relave mundial que ultrapasan la dimensión italiana.
Mb. Lo que es válido también para el pluralismo cultural que no es en absoluto pacífico o irenístico sino que está metido de lleno en fuertes contrastes económicos e identitarios…
Asor Rosa. Cierto, y pienso que es un elemento de debilidad eso de limitarnos a considerar el principio multicultural en sí, como si fuera la posición más avanzada. Se trata de una cosa que, siendo sacrosanta en abstracto, es insuficiente. Ante la puesta en marcha del multiculturalismo, y su reconstrucción, se reclaman valores de fondo y condiciones de base que no pueden delegarse a las concretas entidades multiculturales.
Mb. Usted rechaza la ideología y habla de valores como “punto de vista”. Pero, ¿en qué sentido? ¿Punto de vista crítico del capitalismo? ¿Una actitud de la mente? ¿Una imagen de un mundo diferente? ¿O qué otra cosa?
Asor Rosa. Es propio de hoy aquello de “hic Rodhus hic salta” de la cultura laica. Evidentemente no se trata de relanzar la Utopía con el ánimo de contraponerla al presente. Ello nos llevaría al fracaso. Es preciso, sin embargo, hacer funcionar el pensamiento laico como instrumento de interpretación de este mundo y de concretar nudos y conflictos ya intolerables que hay que superar. Respecto a tales nudos, el pensamiento clerical es impotente e inoperante.
Mb. Un ejemplo de estos “nudos” es…
Asor Rosa. Por ejemplo, el principio de la liberación de
Mb. Ya, pero lo «religioso» está armado con las certezas, incluso conservadores. Mientras que los laicos se refieren al buen sentido, al probabilismo y a la relación coste-beneficio…
Asor Rosa. Todo ello es a consecuencia del riesgo. Viene desde hace siglos cuando el mundo occidental empezó a des-sacralizarse. Es imposible añorar una salida a través de las guerras de religión por el hecho de estar expuestos a una búsqueda que no prevé metas definitivas ni verdades absolutas.
Mb. ¿Dentro de la liberación de la miseria está también la libertad de escoger un proyecto de vida? ¿La libertad de todos y de cada cual? ¿O sigue siendo una Utopía?
Asor Rosa. Absolutamente no. El principio de libertad guía el movimiento histórico. Pero se puede interpretar aquel principio en una clave egoísta o solidaria, persiguiendo diferentes finalidades. Esta es también una opción de la que se derivan simultáneamente dos imágenes profundamente diversas del individuo, más allá de sus conductas civiles y colectivas.
Mb. ¿El individuo puede liberarse al lado de otros?
Asor Rosa. Sólo se puede liberar estando al lado de los demás. La izquierda debe repensar más profunda y seriamente sus valores de fondo. Que son los de la revolución laica republicana. Son los que nacen del Humanismo, del Renacimiento, del Seiscientos y de la Revolución francesa. Estos valores hay que ponerlos al día y revisitarlos en función de
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