Manifiesto CCOO y UGT, ante el 1º de mayo 2017
En Extremadura la manifestación convocada por CCOO y UGT del 1º de Mayo, se realizará en Mérida, a partir de las 12:00h, entre el Puente de hierro y la rotonda de la Loba.
En Extremadura se añade una reivindicación propia, esencial para el desarrollo de la comunidad un tren digno
#alacalle
NO HAY PROGRESO SIN TRABAJO DIGNO
Buena parte de la
vida de las personas se mide en horas de trabajo. Un esfuerzo y una dedicación
que se compensan mediante retribuciones con un objetivo esencial: poder vivir
dignamente y desarrollar un proyecto vital. Sin la fuerza del trabajo, de todas
las trabajadoras y trabajadores, no se genera riqueza y no hay progreso.
Desde 2008 muchos de los derechos de la clase trabajadora
han sido eliminados. Primero, por el efecto directo de una intensa crisis,
provocada por un capitalismo sin control y por la avaricia de un sector
financiero alejado de los intereses de las personas y de la economía
productiva. Y después, por unas políticas, mal llamadas de austeridad, que han
aumentado la precariedad laboral, han reducido salarios y prestaciones sociales
y han recortado derechos y libertades. Unas políticas que, en suma, han
empobrecido a la mayoría social, que somos los trabajadores y las trabajadoras,
y han aumentado las desigualdades de manera drástica.
Ahora, la economía española lleva tres años creciendo; las
estadísticas de empleo mejoran; lentamente, se reduce el paro; ya no hay
amenaza de ruptura del euro; y las empresas han recuperado ya los niveles de
beneficio de antes de la crisis. Estamos saliendo de la crisis, nos repiten.
NO es verdad. Porque esos datos no se reflejan en una mejora
de la calidad de vida de la clase trabajadora. Crece la economía, crecen los
beneficios empresariales, pero las patronales siguen resistiéndose a que los
salarios tengan una subida digna en los próximos años.
• Seguimos teniendo 2,2 millones de ocupados menos que en
2007.
• La tasa de paro es del 18,6%, diez puntos más que en 2007,
y la segunda más alta de la UE.
• Cuatro de cada diez desempleados llevan más de dos años en
paro.
• Los jóvenes se van del país buscando un futuro mejor
• El empleo es cada vez más precario, y aumentan las formas
de explotación laboral, como las empresas multiservicio, que compiten
vulnerando los derechos de los trabajadores y trabajadoras mientras muy pocas
voces de la empresa lo critican.
• Los salarios no crecen, mientras los precios suben.
• Las mujeres siguen discriminadas en el trabajo, y su
sueldo es un 23% inferior al de los hombres.
• Las prestaciones por desempleo solo cubren a la mitad de
las personas desempleadas.
• Las pensiones tienen cuantías, literalmente miserables.
Todo ello tiene una consecuencia dramática: las
desigualdades, la pobreza y la exclusión social han aumentado sensiblemente y
ya afectan a casi el 30% de la población. No lo decimos solo los sindicatos; lo
dicen también el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y la OCDE.
La mayoría de la
población, la clase trabajadora, sigue sumida en una profunda crisis económica,
de empleo y de expectativas. Mientras, el Estado se gasta decenas de miles de
millones de euros en rescatar bancos o empresas de autopistas. Esto NO puede
ser.
Nos venden una situación de bonanza y estabilidad que las
familias no perciben. Esta situación NO es sostenible y NO es justa. Y está
creando el caldo de cultivo para el crecimiento de formaciones políticas y
movimientos retrógrados y extremistas en todo el mundo desarrollado. Debemos
cambiar este estado de cosas. NO HAY EXCUSAS.
LOS TRABAJADORES Y
LAS TRABAJADORAS DEBEN BENEFICIARSE DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO: MÁS Y MEJOR
EMPLEO
El crecimiento
económico debe llegar a todos y a todas. Para ello, es preciso crear empleo
estable y de calidad, mejorar los salarios y reforzar las redes de protección
social. Y para lograrlo necesitamos nuevas políticas y nuevos consensos.
Hoy, 1 de Mayo, CCOO y UGT pedimos al Gobierno de España, a
los Gobiernos de las Comunidades Autónomas y a las formaciones políticas con
representación parlamentaria, que apoyen e impulsen las reformas y cambios
necesarios para hacer posible que el aumento de la producción y de la riqueza
beneficie al conjunto de la sociedad, y entre ella, a la clase trabajadora, que
ha sido especialmente castigada en la última década.
- Es necesario derogar las últimas reformas laborales, que han
instalado la precariedad como norma de contratación. La prioridad debe ser
crear empleo indefinido, estable y con derechos. La competitividad de las
empresas no puede anteponerse al respeto de los derechos fundamentales de los
trabajadores, como la no discriminación o la seguridad y salud laboral.
- Es preciso poner en marcha un Plan de Choque por el empleo
para dar oportunidades a aquellos que tienen más dificultades para encontrar un
puesto de trabajo, y en especial a los parados de larga duración y de mayor
edad. Y también hay que hacer que la Garantía de Empleo Juvenil funcione, para
evitar la fuga de talento y el desperdicio de recursos que supone tener a toda
una generación de trabajadores jóvenes en paro o con empleos precarios. Hay que
devolver la esperanza y las expectativas de progreso a los jóvenes, porque son
el futuro.
- Es imprescindible devolver el equilibrio de fuerzas en la
negociación colectiva, para que sindicatos y empresarios podamos negociar en
igualdad de condiciones el contenido de los convenios, algo que destruyó la
reforma laboral de 2012. Hay que reforzar los convenios sectoriales y
garantizar la ultra actividad de los convenios. Porque sin una negociación
colectiva más equilibrada no es posible que mejoren el empleo, los salarios y
las condiciones de vida de la población asalariada.
- Pedimos también recuperar el Estatuto Básico del Empleado
Público y el derecho efectivo a la negociación colectiva en el sector público,
cuyos trabajadores y trabajadoras han sufrido con especial rigor los ajustes de
los últimos años. Sin empleo público de calidad no habrá servicios públicos de
calidad.
- Hay que reformar el sistema de prestaciones por desempleo,
para hacer que llegue a todas las personas sin empleo y que ofrezca unas
garantías dignas. De manera prioritaria para los trabajadores mayores, que se
ven en muchas ocasiones expulsados del mercado de trabajo sin posibilidad de
alcanzar una pensión digna.
- Exigimos un salario mínimo interprofesional suficiente y
estable, que se mantenga en el tiempo. Hay que llegar a un SMI de 1.000 euros a
final de esta legislatura, y garantizar que será siempre, al menos, equivalente
al 60% del salario medio del país, como dice la Carta Social Europea.
- Exigimos una ley de igualdad salarial entre hombres y
mujeres que cierre de una vez la brecha salarial.
- Es urgente derogar la reforma de las pensiones de 2013, que
está empobreciendo a nuestros mayores, y fijar mecanismos para garantizar que
no perderán poder de compra.
- Necesitamos una reforma fiscal integral, que consiga más
ingresos y reparta mejor los esfuerzos, haciendo que paguen más los que más
tienen. Reclamamos mayor eficacia en la lucha contra el fraude fiscal, y la
erradicación de los paraísos fiscales, que son una vergüenza consentida por los
países desarrollados que está quitando miles de millones de euros para aplicar
políticas de solidaridad y protección social.
- Exigimos la puesta en marcha inmediata de una Prestación de
Ingresos Mínimos como la propuesta por UGT y CCOO y que ya ha aprobado el
Parlamento, para sacar de la miseria a las 630.000 familias que no poseen
recursos.
- Reclamamos la recuperación progresiva del gasto en Sanidad,
Educación, Protección Social y ayuda a la Dependencia, extendiendo su cobertura
y mejorando la calidad de sus servicios.
- Es preciso poner en marcha un Plan Estratégico para la
Industria, que impulse un cambio de modelo productivo en nuestro país para
generar más riqueza y con empleo más productivo y de más calidad.
- En el mismo sentido, reclamamos una mejor política
científica y unas condiciones de trabajo dignas para la comunidad
investigadora, como exigieron miles de personas en la Marcha por la Ciencia del
pasado 22 de abril.
- Todo ello en el marco de un país necesitado de una fuerte
regeneración democrática y cultural, que deje atrás de una vez por toda la
confesionalidad del Estado, y que combata radicalmente la corrupción.
Todo esto se puede hacer ya. NO HAY EXCUSAS.
Sin embargo, los
Presupuestos Generales del Estado para 2017 no van en esta línea, sino que
insisten en las recetas fracasadas del pasado. Tampoco en las mesas del diálogo
social, el Gobierno y las organizaciones empresariales dan señales claras de
cambio. La mayoría social reclama más y mejor empleo, más protección social y
mejores servicios públicos, pero las políticas actuales siguen ofreciendo
ajustes, desequilibrios y carencias.
Por eso, las organizaciones sindicales CCOO y UGT comenzamos
en el mes de febrero un proceso de movilizaciones, que ha ido en aumento desde
entonces, para reclamar que la voz de los trabajadores y las trabajadoras sea
escuchada y sus peticiones atendidas.
Vamos a negociar para mejorar las condiciones laborales de
la población asalariada y la calidad de vida de toda la ciudadanía, como
siempre hemos hecho. Pero también vamos a intensificar las movilizaciones en
defensa de nuestras reivindicaciones.
La etapa de los recortes y de la precariedad laboral se
tiene que terminar YA. Tenemos que cambiarla, negociando y presionando, en las
empresas y en la calle. NO HAY EXCUSAS.
Como tampoco hay excusa para criminalizar un derecho
irrenunciable como es el derecho a la huelga. No se puede mantener el actual
artículo 315.3 del Código Penal, ni la Ley Mordaza.
UGT y CCOO
manifiestan su total apoyo a los compañeros y compañeras sindicalistas incursos
en procesos penales o administrativos derivados de su actuación en defensa de los
derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL. CAMBIAR EUROPA PARA REFORZAR
EUROPA: LAS PERSONAS, PRIMERO
El movimiento sindical reafirma su carácter
internacionalista y expresa su solidaridad con las trabajadoras y trabajadores
de todo el mundo, de manera singular con aquellos pueblos que viven conflictos
armados y guerras, o que se ven sometidos a regímenes dictatoriales y
autoritarios.
También vamos a trabajar y a presionar para cambiar Europa,
de la que somos y queremos seguir siendo parte. Apostamos por una Europa unida
y fuerte. Pero la deriva que está tomando desde hace unos años es muy
peligrosa, para su propia supervivencia como proyecto político de progreso y
para las personas que la habitamos. Están creciendo la xenofobia y el
conservadurismo, y se están reduciendo la solidaridad, la cohesión y la
fraternidad. La falta de coraje, cuando no la desidia y el desprecio, a los
centenares de miles de personas refugiadas que huyen de la guerra, la represión
o el hambre para buscar un sitio en los países de la UE, es buena prueba de lo
que denunciamos.
Las trabajadoras y los trabajadores queremos seguir
construyendo la Unión Europea, porque es una gran alianza estratégica con un
tremendo potencial social y democrático. Pero NO queremos esta Unión Europea
cerrada, temerosa y cobarde, que coarta sus posibilidades y genera
desigualdades y enfrentamientos.
UGT y CCOO, junto a la Confederación Europea de Sindicatos
(CES), reclamamos:
- Una Unión Europea próspera, capaz de impulsar un crecimiento
económico sostenible e integrador, que abandone definitivamente las fracasadas
e injustas políticas de ajuste, y que ponga en marcha un ambicioso Plan de
Inversiones para generar más cohesión entre los territorios y empleo de
calidad.
- Una Unión Europea eficiente, que aplique una política
económica rigurosa, que tenga la creación de empleo decente en el centro de sus
prioridades, que abandone dogmatismos reduccionistas, y que luche contra el
fraude fiscal de manera coordinada y justa, eliminando los paraísos fiscales en
su seno como primer y urgente medida.
- Una Unión Europea solidaria, que refuerce sus sistemas de
protección social, creando un seguro de desempleo común.
- Una Unión Europea progresista, que combata y rechace con
determinación los comportamientos retrógrados de algunos gobiernos y fuerzas
políticas de su espacio, que no tienen cabida en una democracia avanzada.
- Una Unión Europea que
denuncie con valentía las políticas represivas, integristas y autoritarias de
países vecinos como Turquía, empeñados en alejarse de la Europa abierta,
plural, democrática y social que defendemos.
Y, sobre todo, una Unión Europea fraterna, que respete y
defienda los derechos fundamentales de los migrantes y se comprometa, con
políticas comunes eficaces, con el derecho de asilo. Los gobiernos de Europa no
pueden retrasar más tiempo estos cambios en la construcción de la Unión. NO HAY
EXCUSA.
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