martes, febrero 12, 2013

Si los empresarios crean empleo, las ardillas son las creadoras de la evolución de las especies" (mas o menos) Nick Hanahuer.


Siguiendo la interesante entrada publicada en el diario digital nuevatribuna.es por el economista Ignacio Muro, creo de interés para este foro, la reflexión del empresario americano Nick Hanahuer, fundador entre otras empresas de Amazon y gear.comquien dice una verdad incuestionable para algunas personas, entre las que me encuentro:  “Que los empresarios se atribuyan el mérito de crear empleo es como si las ardillas se atribuyeran el mérito de crear la evolución de las especies” (Ver vídeo).

Pero la cosa no termina en esta explicación, es curioso como este capitalista, sufre la censura a pesar de su fama y reputación, al ser excluida su charla de  TED (Technology Entertainment and Design) plataforma virtual de Chris Anderson, que también selecciona aquellas intervenciones que formarán parte de su página web. A pesar de la exclusión de Anderson, el discurso y su presentación en PowerPoint pronto aparecieron en la página web de The Atlantic y se difundieron por toda la red. El vídeo puede verse en YouTube

Entre otras controvertidas ideas, Hanauer defendía el aumento de los impuestos entre las clases más pudientes de Estados Unidos, ya que no son ellas sino la clase media, emprendedora y consumidora al mismo tiempo, la que produce más puestos de trabajo. "He comenzado o ayudado a empezar docenas de negocios y he contratado a montones de gente. Pero si nadie hubiese tenido dinero para comprar lo que ofrecíamos, todos estos negocios habrían desaparecido y con ellos, los puestos de trabajo", señalaba el inversor. "Eso es por lo que puedo decir con confianza que los ricos no crean trabajo ni hacen negocios, ni grandes ni pequeños".

¿Qué hace especial la charla de Hanauer? Que se trata de un inversor de éxito, aplaudido unánimemente por sus grandes logros, dirigiéndose a un público formado por grandes fortunas. Y que, por si fuera poco, apelaba a su propia experiencia como empresario para justificar una mayor igualdad fiscal. Sin embargo, bajo el hipotético rupturismo de Hanauer, no se oculta un revolucionario reparto de la riqueza ni un ataque indiscriminado a los dueños del capital, sino precisamente un camino de salida ante la crisis que, según él, pasa por fortalecer las clases medias y bajas en cuanto que son las que consumen los productos que los empresarios crean para ellos. Y a pesar de esto, una parte del público se sintió aludido, señalado y molesto por las afirmaciones del licenciado en Filosofía por la Universidad de Washington.

Siguiendo con la entrada de Muro este considera: 

La obsesión por la competitividad de las economías encubre muchos tópicos ideológicos que los economistas suelen -solemos- pasar por alto en los análisis.

Obviamente, como ante otras trampas, no se trata de negar su importancia, hija de la necesaria eficiencia empresarial, sino denunciar cómo un exceso de foco sobre sus bondades tiene un efecto colateral: colocar en la oscuridad la razón de ser del éxito económico, que tiene que ver con la interrelación entre oferta y demanda. De ese simple planteamiento se deslizan los errores en el diagnóstico de la crisis y la evidente incapacidad para afrontarla con éxito.

La esencia del desenfoque no es inocente, tiene que ver con un “sesgo” perfectamente medido: al poner el foco en la oferta, al considerar que la crisis es una crisis de oferta, se está distorsionando su importancia hasta hacernos pensar que la economía son las empresas y no las familias, es solo oferta y no un equilibrio entre oferta y demanda. A partir de ahí es facil asumir que “las empresas son lo importante” y centrarse en sus problemas y no en los que afectan al hundimiento del consumo interior y las rentas de las familias. La competitividad -se insiste- nos permite ganar mercados en el exterior. Nada se dice sobre que esa mayor competitividad, que nos puede permitir arañar algunas décimas de crecimiento, se quiere construir a costa de hundir sueldos, la base del consumo familiar, que aporta entre un 60 y un 75% del PIB de los países occidentales.

    “Que los empresarios se atribuyan el mérito de crear empleo es como si las ardillas se atribuyeran el mérito de crear la evolución de las especies”

Para contrarestar esa evidencia, se vuelve a insistir en lo mismo: “las empresas son lo importante” porque son ellas las que “crean empleo”. Aún más, dando otro pequeño paso, es fácil deslizar ese argumento hacia otro más perverso pero igualmente asumido: “son las grandes empresas las que crean empleo” o, incluso, peor: “son los ricos los que invierten y crean empleo”, maniobra que permitirá justificar su tratamiento fiscal más favorable.

Todo mentira, pero en este post no voy a analizar a fondo esos argumentos. Prefiero limitarme a colgar un video en el que un emprendedor americano Nick Hanauer ante una audiencia de profesionales y empresarios reunidos en TED, se encarga de desmontarlos de forma sencilla y directa. Simplemente se centra en defender que el consumo interno y en particular las rentas de la clase media es la base del crecimiento.


¡Impecable! Pero mejor siga sus argumentos que comienzan con una sentencia categórica:

“Que los empresarios se atribuyan el mérito de crear empleo es como si las ardillas se atribuyeran el mérito de crear la evolución de las especies”


¿Ya lo vió  Pues retenga una de las ideas felices de Hanauer: el mismo concepto de “creador de empleo” es una maniobra consciente y sutil que busca ensalzar el papel del empresario hasta identificarlo subpresticiamente con “el Creador”.

Retenga también dos argumentos más:

“Si la familia típica americana siguiese manteniendo la misma cuota de ingresos que tenía en 1970 estaría ganando 45.000 $ más al año. Imaginen como estaría nuestra economía.”

“Si fuera verdad que mantener bajos los impuestos de los más ricos produjese más puestos de trabajo, hoy en día estaríamos saturados de ofertas de trabajo”.

Defender ésta última tuvo sus consecuencias: no gustó a muchos de los acaudalados asistentes de TED que se negaron a que se difundiera el video. Obviamente, una razón más para su divulgación por todos los medios.