domingo, septiembre 30, 2007

Cabrero, un pueblo con futuro

Ayer nuevamente tuve la oportunidad de disfrutar de las fiestas de San Miguel en Cabrero, precioso pueblo del Valle del Jerte. Han sido unas fiestas espectaculares, por lo menos para mi, he respirado un nuevo aire de ilusión en esta localidad de no más de 500 habitantes, con su renovado ayuntamiento, que con su alcaldesa al frente, están introduciendo un nuevo gusto por el pueblo, por sus cosas, no lo van a tener fácil, hay que apoyarles en todas sus iniciativas para reacitivar a Cabrero y situarlo en el mapa de los pueblos extremeños.
La fiesta gira en el entorno al patrón San Miguel, con la procesión del santo, con la ofrenda del "Ramo", con su preciosa canción, que sería interesante que fuera más conocida, con las perrunillas en la plaza y sus comunales vaquillas. Las calles repletas de tamborileros que, por su edad, no pueden disimular que renuevan el legado del "Tio Roque" un ser excepcional y tamborilero, que dejo un recuerdo inborrable de mi infancia y en la memoria de todos los cabrereños y cabrereñas que lo conocieron.
En cabrero los jóvenes siempre han sido amantes de utilizar la pólvora en las celebraciones, durante la celebración del patrón, se disparaban cohetes sin parar.
Este año he tenido la suerte de poder seguir visitando a mi tío-abuelo Macario que con sus 95 años no deja de recordar sus malos años en el servicio militar, dado que estuvo destinado en artillería durante la revolución de Asturias y la guerra civil. Impresionante igualmente su mujer que con 88 años sigue dirigiendo la casa con agilidad y una simpatía absolutamente envidiable, sin poder olvidar,eso si a su hija, recientemente fallecida.
El inicio del otoño soberbio, un paisaje verde que se torna en distintas tonalidades amarillas del castaño, del roble, del cerezo, de la higuera, mezclados con el perenne verde del olivo, un frenesí de color divino para los sentidos.
La visita de este año me permite afirmar que Cabrero es, como nunca, !UN PUEBLO CON FUTURO!.

viernes, septiembre 28, 2007

Oye, ¿Qué hacemos con y por el pueblo birmano?

La corrupta junta militar sabe que tiene una posición privilegiada en el tablero geoestratégico de la región y del conjunto de países que se interesan por los recursos económicos de Birmania. J.L. López Bulla 28-09-2007 - Las noticias que nos llegan de Rangún y de otras ciudades birmanas nos dejan el cuerpo helado. La máquina de la represión armada de la dictadura se ha puesto en marcha tras varios días de manifestaciones pacíficas, encabezadas por los monjes budistas. La dictadura se pasa por la cruz de sus bélicos calzoncillos la exigencia de medio mundo y se ríe a mandíbula batiente de las amenazas de sanciones comerciales. La corrupta junta militar sabe que tiene una posición privilegiada en el tablero geoestratégico de la región y del conjunto de países que se interesan por los recursos económicos de Birmania. Por ejemplo, China y Birmania: de un lado Pekin, que está detrás de la explotación del gas natural; de otro lado, Nueva Delhi que se llevan los tejemanejes de la exportación de armas.El pueblo birmano sufre una represión despiadada desde hace muchos años. Ahora se ha echado a la calle nuevamente en protesta por el aumento indiscriminado de los precios de los carburantes. Viejos amigos birmanos me cuentan que tales incrementos afectan dramáticamente a una población –sobre chispa más o menos, unos 2,5 millones de personas— que se desplazan diariamente; más todavía, me explican, el 90 por ciento del salario lo dedican a la comida. Y rematan: la inflación supera el 20 por ciento y la renta per capita es de 225 dólares anuales.Todo ello en un país –el 90 por ciento de su población vive en una pobreza extrema—que fue considerado como rico, dado sus potentes fuentes naturales: las piedras preciosas, el gas natural, las piedras preciosas... Un país con hambre, y que sufre una violenta represión armada, el trabajo esclavo y una fortísima violencia sexual como arma de disuasión militar y política. El emblema más público es Aung San Suu Kyi, premio Nobel por la Paz que lleva muchos años en arresto domiciliario, también están arrestados los líderes del Movimiento 88, a pesar de las protestas internacionales.A todo ello –me informa TKJ, líder opositor, vía correo electrónico— que la Junta Militar está preparando un proyecto de Constitución que pretende reforzar y perpetuar el poder militar, excluyendo a los partidos políticos y todas las fuerzas democráticas. En fin, lo de siempre.¿Los chinos? Pero, alma de cántaro, los chinos no están interesados en que cambie nada bajo la capa del sol birmano. Porque a tal señor, tal honor. De ahí que vetaran la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, como era previsible. ¿Acaso se ha olvidado la postura de los dirigentes chinos en apoyo entusiástico, junto a los norteamericanos, cuando lo de Pol Pot, a quien mantuvieron en la ONU, incluso hasta cinco años después de ser derrocado el horrible camboyano? Los chinos no dirán ni pío, ni siquiera cuando la situación sea insostenible.En cambio podría ser que las potencias puedan decir algo cuando la situación sea insostenible. Y para que ello sea así se precisan dos elementos: 1) que arrecie la movilización popular birmana, 2) con un apoyo explícito, masivo, de la opinión pública mundial. La primera condición podría entrar en una nueva fase tras los asesinatos de varios monjes budistas que no pararán de salir a la calle; la segunda todavía no se está dando en grado suficiente, basta ver que los que se movilizan son los birmanos que están en el exterior.Pues bien, la situación birmana me brinda la oportunidad de volver a leer el libro que recomendaba días pasados, “Esportare la libertà”, de Luciano Canfora a la espera de que alguien convoque algo con cara y ojos de solidaridad con los amigos birmanos y contra esas fieras corrupias de la Junta Militar y sus compadres.

miércoles, septiembre 26, 2007

Educar para la Ciudadanía democrática

Acontinuación reproduzco un artículo de Pedro Mª Uruñuela Nájera Subdirector general de la Alta Inspección del Estado para el FORO de "Educación y Ciudadanía", donde hace una aproximación a la educación para la ciudadanía democrática.
Por diversas razones, se considera que en nuestros días una de las misiones más importantes del sistema educativo, junto con la transmisión de conocimientos, es la de conseguir que los alumnos aprendan a convivir como personas y como ciudadanos en el mundo en que nos ha tocado vivir; problemas como el déficit de compromiso cívico o la difícil cohesión social en un mundo tan complejo y diverso como el nuestro, ponen en un primer plano la necesidad de la educación cívica en la escuela.
P
odemos definir la educación para la ciudadanía como el conjunto de prácticas y actividades diseñadas para ayudar a todas las personas, niños, jóvenes y adultos, a participar activamente en la vida democrática, aceptando y practicando sus derechos y responsabilidades en la sociedad; implica, por tanto, el desarrollo en los alumnos de las competencias necesarias para relacionarse adecuadamente con el mundo que les rodea y la puesta en marcha de acciones colectivas para lograr una vida mejor para todos.
Lejos de limitarse a una mera instrucción acerca de las principales leyes e instituciones que conforman nuestra estructura política, trata de desarrollar en los alumnos actitudes y valores cívicos, que se traduzcan en compromisos concretos con los problemas y retos de la sociedad en la que viven.
El objetivo de la Educación para la Ciudadanía es, por ello, formar ciudadanos libres, críticos, responsables y activos.
Educar para la ciudadanía es una tarea compleja ya que son varias las dimensiones que definen la ciudadanía (dimensiones ética, política, social, cultural, etc.), varios los planos en los que puede manifestarse (local, regional, nacional o mundial) y diversos los ámbitos en los que puede llevarse a cabo la misma (formal, no formal e incidental).
Desde el Ministerio de Educación, y a través de la Ley Orgánica de Educación recientemente aprobada, se ha introducido en el currículo una nueva asignatura, con diversas denominaciones en función del curso en que se imparta: “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” (Educación Primaria y Secundaria Obligatoria), “Ética y Ciudadanía” (4º curso de la ESO) y “Filosofía y Ciudadanía” (Bachillerato).
Pero, antes de entrar en el análisis de esta nueva materia y para comprender de manera adecuada su sentido y significado, hay que tener en cuenta que la educación para la ciudadanía no puede limitarse y encerrarse en el ámbito de una asignatura y que, junto con el enfoque estrictamente curricular, son varios los planteamientos y orientaciones que están presentes en el planteamiento general de la Educación para la Ciudadanía y que sirven para marcar la orientación general de la misma.
En primer lugar, la Educación para la Ciudadanía debe ser expresión del compromiso de toda la comunidad educativa acerca de los fines educativos que persigue el centro escolar, del modelo de alumno libre, crítico, activo y responsable que se quiere formar, compromiso que se concreta en el proyecto educativo que debe elaborar el Centro.
Debe haber coherencia entre lo que se enseña en el área de Educación para la Ciudadanía y lo que se practica en el centro; no pueden enseñarse los derechos humanos si luego, en el día a día del centro, no se fomentan estos derechos, o no puede enseñarse la participación si realmente no se practica esta participación informando, pidiendo opinión, facilitando decisiones conjuntas y evaluando su aplicación por parte de todos, incluyendo a los alumnos en aquellos ámbitos en los que su edad hace posible dicha participación.
El Proyecto Educativo, según la nueva definición de la LOE, debe incluir el plan de convivencia que va a poner en marcha el centro; la convivencia es la base a partir de la cual se construye el ejercicio de la ciudadanía, donde no pueden existir contradicciones entre lo que se dice y enseña y lo que se practica.
El plan de convivencia parte del análisis de la convivencia en el centro, de la identificación de los puntos fuertes, de las cosas que están funcionando bien y que es preciso mantener. Pero también es preciso identificar los casos en los que tiene lugar una quiebra de la convivencia, desde la falta de respeto a las situaciones de violencia y, mucho más, a los posibles casos de acoso entre iguales, el llamado “bullying”, y plantear una respuesta adecuada para subsanar esta quiebra de la convivencia.
El plan de convivencia no puede limitarse a ser una respuesta reactiva a estas situaciones sino que, desde una posición proactiva, debe adelantarse a los problemas y plantear la educación de la convivencia en positivo.
Esto exige tener claro un modelo de convivencia, las habilidades sociales necesarias, el aprendizaje de los tipos de pensamiento y su influencia en la convivencia, la educación y desarrollo de las emociones y, por último, la educación en valores como el de participación, el respeto y la tolerancia y la educación para la paz.
Como todo plan, todos estos elementos deben concretarse en objetivos, actividades, responsables y formas de evaluación y de seguimiento de todo lo planificado.Además del fomento de la convivencia en el marco del Proyecto Educativo, la Educación para la Ciudadanía debe servir para aumentar y reforzar la apertura del centro escolar hacia su entorno, rompiendo su aislamiento, constituyéndose en un recurso fundamental para la comunidad en la que está, un centro de cultura para todos, participando en los problemas sociales de su entorno y comprometiéndose en su solución.Hay ya muchas experiencias en este sentido, experiencias que muestran la capacidad de los centros para trabajar conjuntamente con su entorno y reforzar de esta forma su tarea educativa de la dimensión ciudadana.
Por citar únicamente alguna de las múltiples experiencias, se puede tener en cuenta el trabajo del Proyecto Atlántida en este mismo sentido, reforzando la cooperación escuelas-familias-municipios, con una tradición ya de varios años. Igualmente, las experiencias recogidas bajo el nombre de “Aprendizaje-Servicio” son ejemplo de esta exigencia; en ellas, se parte de una acción concreta, del compromiso práctico con el entorno que lleva a los alumnos y a la escuela a plantearse determinadas actividades, a partir de las cuales se organiza toda la enseñanza y el aprendizaje consecuente relacionado con dicha experiencia.
También el movimiento de ciudades educadoras puede aportar numerosos ejemplos de esta dimensión básica de la Educación para la Ciudadanía.
En tercer lugar, la Educación para la Ciudadanía debe considerarse como una “asignatura transversal”, cuyos contenidos y objetivos deben buscarse no sólo desde la asignatura de Educación para la Ciudadanía, sino desde todas las áreas que conforman el currículum.
En este sentido, puede decirse que no existen profesores de Educación para la Ciudadanía, sino que todos los profesores lo son también de esta asignatura. Y ello porque todos los profesores deben trabajar por el desarrollo de la competencia social y cívica, una de las ocho competencias básicas recogidas en la LOE y en los Reales Decretos que desarrollan el currículo.
El desarrollo de la competencia social y ciudadana supone para el alumno la adquisición de un saber hacer práctico que hace posible que la persona poseedora de esta competencia sepa comportarse individualmente de manera que sea posible convivir en una sociedad cada vez más plural, participar plenamente en la vida cívica y comprender la realidad social del mundo en el que vive. Esto supone haber desarrollado habilidades y capacidades de relacionarse con los demás, afrontar de manera positiva los conflictos, de ser capaz de ponerse en el lugar del otro, de aceptar las diferencias y de todas aquellas otras habilidades necesarias para una buena convivencia; se une así la Educación para la Ciudadanía con el fomento de la convivencia señalado anteriormente.
Desarrollar la competencia social y ciudadana implica también participar activamente en la vida cívica y, por ello, asumir los valores democráticos, practicar normas acordes con ellos y conocer los fundamentos y modos de organización del estado democrático. Igualmente implica comprender la realidad social del mundo en que se vive, es decir, comprender las experiencias colectivas, la organización y funcionamiento delas sociedades, la riqueza y pluralidad de la sociedad española y europea, así como el compromiso en su mejora.Sobre la base de estas tres dimensiones, puede considerarse el último planteamiento; la Educación para la Ciudadanía puede y debe ser una asignatura como las demás, con objetivos, metodología y contenidos propios, una asignatura que cuente con un horario determinado en, al menos, cuatro cursos en los distintos niveles de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Igualmente, debe contar con contenidos específicos para su desarrollo.
Estos contenidos propios de la nueva asignatura han sido discutidos y negociados a lo largo de varias reuniones en las que han participado Asociaciones y colectivos que han mostrado su interés por la asignatura, con independencia de su planteamiento ideológico.
De esta forma, el contenido de la asignatura se ha diseñado partiendo de los más inmediato a lo más general, de las experiencias concretas de los alumnos a los planteamientos más generales y abstractos. Así, en la etapa de Primaria se parte de la atención al desarrollo de la autonomía personal, los comportamientos y hábitos sociales para, posteriormente, en los cursos de Secundaria y Bachillerato, ir introduciendo el análisis y reflexiones teóricas sobre las Constituciones y las características del Estado democrático.
L
os Derechos Humanos,
como compendio y resumen de los principios morales que garantizan la dignidad de todas las personas y que pueden ser aceptados por todos con independencia de ideologías concretas, constituyen la referencia fundamental de los valores que se estudian y desarrollan en la asignatura. Igualmente, en los cursos de la enseñanza obligatoria, la estructura de los contenidos es básicamente la misma, tratándolos a distinto nivel de profundidad: el yo y los otros, las relaciones interpersonales y sociales; los Derechos Humanos como base de la convivencia; vivir en sociedad, la sociedad global; problemas de la sociedad actual y, por último, trabajo de procedimientos comunes a todos los bloques. En Bachillerato, teniendo en cuenta su denominación de “Filosofía y Ciudadanía”, los temas son diferentes, estando todavía pendientes de aprobación.
Es mucho lo que nos jugamos con la educación de los futuros ciudadanos; de ahí el interés en que esta nueva “asignatura” tenga el éxito que todos deseamos.

martes, septiembre 25, 2007

"La Guerra de los Frágiles", a favor de la defensa de la libertad de prensa.

Por hablar sobre la corrupción, denunciar las actuaciones de algunos gobiernos o criticar la falta de libertades en sus países, 64 periodistas han sido asesinados en el mundo desde enero de 2007. Les acompañan en esta hecatombe 11 colaboradores de medios de comunicación (chóferes, traductores, técnicos, agentes de seguridad, etc.). También más de 200 periodistas, colaboradores y ciberdisidentes se encuentran actualmente encarcelados, por haber cumplido con su trabajo. El pasado 20 de septiembre, Alquimia Produccions y Teatre Arca celebraron el preestreno de su nueva obra “La Guerra de los Frágiles”. La función se efectuó a favor de Reporteros Sin Fronteras, asociación de defensa de la libertad de prensa declarada de utilidad pública. La venta de los billetes apoyará el dispositivo “Seguridad de los Periodistas” de Reporteros Sin Fronteras, cuyos programas incluyen: seguros con tarifa preferente para que los reporteros independientes que cubren zonas en conflicto puedan disfrutar de garantía asistencial; el préstamo gratuito de chalecos antibalas, cascos y balizas de localización GPS para los reporteros freelance; SOS Prensa, una línea telefónica de urgencia para periodistas en peligro, disponible los siete días de la semana, las 24 horas del día; un programa de soporte de los periodistas en asilo en España y la creación del Observatorio de la Libertad de Expresión y de la Casa de los Periodistas en Andalucía. “La Guerra de los Frágiles” gira entorno a los corresponsales de guerra. Un acercamiento a sus reflexiones y vivencias que comparten con civiles y soldados atrapados por su destino. El humor, ácido a veces, negro otras, y casi siempre cínico, amortigua el horror de la situación en la que están inmersos. Una obra que habla de sensaciones, de sentimientos y de la relatividad del destino que nos hace ser victimas o verdugos, observadores u observados. En el guión han colaborado los periodistas Alfonso Armada (ABC y El País), Enric González (Premio Cirilo Rodríguez de Periodismo), Ramón Lobo (El País), Gervasio Sánchez (Heraldo de Aragón), el escritor Francisco González Ledesma y Reporteros Sin Fronteras. Para este fin se cuenta con la implicación del director Toni Albà, conocido actor y director que ha dado el tono de tragicomedia del espectáculo. Junto a actores de la compañía como Vicente Gil, Sara Sansuan y Jesús Roche, a esta producción se incorpora también Francisco Conde, Premio Andalucía Joven 2006. Teatre Arca nace profesionalmente en 1979 con el deseo de compartir el sentido del humor sin cerrar los ojos al entorno humano. Desde entonces ha realizado más de 4.500 representaciones, recorrido todas las comunidades autónomas y países como Francia, Venezuela, Cuba, Nicaragua o EE.UU.

jueves, septiembre 13, 2007

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA "UNA NUEVA TRINCHERA"

Con este artículo Pedro Reyes, responsable de proyectos europeos de CC.OO. de Madrid, se suma a las aportaciones realizadas que han contribuido a enriquecer el debate sobre Educación para la ciudadania, impulsado por la Fundación Sindical de Estudios de CCOO
La dificultad de la iglesia católica española para aceptar que el sentimiento religioso se está transformando en una experiencia íntima que prescinde progresivamente de mediadores institucionales entre el hombre y lo sobrenatural, le está haciendo perder la perspectiva de este tiempo histórico, al mismo tiempo que con voces altisonantes reclama una atención excesiva del conjunto de la sociedad civil que terminan por alterar la normal convivencia de los españoles.La actual jerarquía eclesiástica, ha sido (es) incapaz de dar continuidad a la posición que con tanto sentido común adoptó la iglesia a finales de los 60 y durante la década de los 70, que anticipándose a la transición de la dictadura a la democracia, y en coherencia con esa nueva situación, dejó de considerar al estado como un instrumento subordinado a la iglesia y contribuyó a su legitimación y a la de sus gobernantes.Por desgracia aquel impulso que significaba que la iglesia- institución renunciaba a mantener la impunidad frente al poder temporal no se ha consolidado y vuelve a las andadas, es decir, a reclamar para sí , una situación de monopolio que le permita imponer creencias y comportamientos para un ideal de salvación que cada día encuentra menos depositarios..
Por fortuna las leyes del mercado han llegado a las conciencias y afectan a la oferta y a la demanda religiosas, garantizando el fin del monopolio y convirtiéndolo en un mercado competitivo y abierto por el que circulan, humanistas, racionalistas, relativistas, librepensadores, ateos, cristianos judíos, musulmanes, protestantes, evangelistas, se imaginan el etc.
Este panorama de competencia no permite hoy el binomio imposición-sumisión que la iglesia católica institucional ha utilizado tradicionalmente para ejercer su papel de mediación entre Dios y los Hombres, es más la iglesia ha perdido buena parte de ese papel mediador y se obstina en pecar de soberbia para recuperarlo.
Superado en occidente el ideal de teocracia hace más de 500 años, que razones hay para seguir negando la Razón y no aceptar definitivamente que “y sin embargo se mueve”.La actual polémica a cuenta de la “educación para la ciudadanía”, no es tal, es una trinchera mas, que sucede a las levantadas anteriormente en contra de la utilización de las células madre con fines terapéuticos, o a la legalización de los matrimonios homosexuales y que antecede sin duda, al derecho a tener una muerte digna y a cuantas exigencias y necesidades plantee la sociedad global para resolver sus problemas vitales por una vía distinta a la del sufrimiento.Y si no hay polémica, menos aún choque de legitimidades.
El estado y sus gobernantes tienen la responsabilidad de ofrecer soluciones aconfesionales a las nuevas exigencias sociales.La iglesia católica tiene plena autonomía para decidir que soluciones ofrece a las demandas de sus fieles, todo indica que su apuesta más consistente expresada por sus máximas autoridades, es la vuelta a la misa de espaldas y en latín. “Cabe mayor elocuencia”.
Por último y en lo que hace referencia a lo más idiosincrásico, se nos olvida a menudo que si bien hemos vivido 40 años de dictadura que sin duda son un mundo, ya llevamos 30 de democracia, suficientes para cerrar algunos temas pendientes como por ejemplo el que hace referencia a no seguir considerando a la iglesia católica un sector estratégico ni social ni económicamente para la vida de nuestro país y por consiguiente proceder a culminar el inacabable proceso de privatización.Hasta la fecha ha faltado coraje político, comprensible en la derecha española que como es sabido no hunde precisamente sus raíces en el liberalismo europeo sino mas bien en el nacional-catolicismo decimonónico. Inadmisible en la izquierda democrática que parece temerosa de ser arrojada al fuego eterno.